lunes, mayo 29, 2006

A BUENAS HORAS MANGAS VERDES


El Papa Benedicto XVI ha visitado el antiguo campo de exterminio nazi de Auschwitz, en la última etapa de su viaje a Polonia. A su llegada, el Pontífice se detuvo a orar ante el conocido como 'muro de la muerte', uno de los paredones donde durante la Segunda Guerra Mundial los nazis fusilaron a miles de personas.
El Pontífice, de 79 años, pasó este domingo bajo la tristemente célebre puerta con la consigna 'Arbeit Macht Frei' ('El trabajo te hace libre') para entrar en el complejo que servía para la "Solución Final" de Adolf Hitler de exterminar a los judíos de Europa.
El campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, situado cerca de la villa polaca de Oswiecim, es la última de las etapas de un simbólico viaje del Pontífice a Polonia, país natal de su predecesor, Juan Pablo II. Un viaje cargado además de simbolismo por el hecho de que el actual Papa es de origen alemán, y durante su adolescencia estuvo enrolado en las Juventudes Hitlerianas.
En la parte Birkenau del campo, en la zona en la que los judíos eran subidos en trenes para ser conducidos a la muerte segura con el gas, el Pontífice dijo que era casi imposible hablar en "un lugar de horror, sobre todo como un Papa alemán".
"Sólo se puede guardar silencio, un silencio que es un grito hacia a Dios: ¿Por qué, Señor, permaneciste callado?, ¿cómo pudiste tolerar todo esto?", se preguntó Benedicto XVI en su discurso en italiano.
El Papa imploró la reconciliación "con Dios, con los hombres que sufrieron y con todos los que actualmente sufren bajo el poder del odio y bajo la violencia fomentada por el odio".
En medio del silencio de los presentes, el Papa agregó: "el objetivo de mi estancia hoy [por este domingo], aquí, es para implorar la reconciliación, con Dios, con los hombres que han sufrido y con todos aquellos que en esta hora de la historia sufren de nuevo bajo el poder del odio y bajo la violencia fomentada por el odio".
El Papa subrayó que la violencia no crea la paz, sino que sólo suscita más violencia, "una espiral de destrucción en la que todos al final pierde y pidió a Dios que la fuerza de la reconciliación y de la paz prevalezca sobre las amenazas de la irracionalidad o de una razón falsa, separada de Dios".
Ratzinger dijo que Auschwitz-Birkenau es un lugar de la memoria y el Holocausto y donde el pasado no es sólo pasado.
El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, ha declarado que la visita de Benedicto XVI a Auschwitz es "como hijo del pueblo alemán", al igual que Juan Pablo II recorrió las mismas instalaciones en 1979 "como hijo del pueblo polaco".
Se estima que más de 1,1 millones de personas perdieron la vida en este campo de concentración entre 1940 y 1945, de los que un millón serían judíos que murieron gaseados en las cámaras de gas de las instalaciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Permanecer callado"
Sembla que el representant actual de Déu a la terra va demanar, implorant al més enllà, ”durant la seua recent visita a Polonia i a Auschwitz perdó amb "un silencio que es un grito hacia a Dios: ¿Por qué, Señor, permaneciste callado?, ¿cómo pudiste tolerar todo esto"?

Doncs bé¡ I per tant, quina és la raó que ell estiga ara callat i en silenci sense condemnar les atrocitats que, dia rere dia, realitzen els qui semblava, anaven a alliberar un pais d’un sanguinari dictador. Quines són les raons de “permanecer callado” davant tanta insensatesa, rancúnia i despropòsits. Acàs eren terroristes sanguinaris aquestos xiquets assassinats per bales “amigues”? O tal vegades es tracta encara, al cap de 3 anys, de “daños colaterales”.

Jo, que no hi crec, també clame al cel demanant justícia, humanitat i vergonya.