jueves, junio 29, 2006

MIGALOO


la única ballena jorobada blanca del mundo, ha hecho su anual aparición en aguas australianas. El cetáceo, que es muy fácilmente identificable por su color, está considerado un animal "de especial interés" por el Gobierno australiano, que este año ha decretado fuertes medidas para protegerla.
La primera vez que esta peculiar ballena fue avistada fue en 1991, cuando el investigador Paul Forestell la encontró durante una expedición para catalogar e identificar ballenas jorobadas durante su paso cerca de Australia en su recorrido migratorio. Desde entonces, 'Migaloo' apenas ha faltado a su cita anial con las aguas 'aussies', que transita de camino hacia la Antártida.
Este año, además, 'Migaloo' estará protegida por unas nuevas normas del Gobierno australiano, que estipulan que no se puede navegar o ir en moto acuática a menos de 500 metros del cetáceo, ni puede tener cerca vuelos más cercanos de 2.000 pies (607 metros) sin autorización. Todo para proteger a una ballena declarada oficialmente "de especial interés". Los infractores tendrán que pagar multas de hasta 12.000 dólares.
Con estas medidas, las autoridades quieren evitar sucesos como el de 2003, cuando 'Migaloo' fue embestida por un catamarán de recreo en aguas cercanas a la localidad de Tonwsville. Segun el patrón del barco, la ballena emergió de repente justo delante de él y no pudo hacer nada para evitar la embestida, en la que el animal pudo resultar dañado, aunque los científicos no han podido constatar los daños.
La ballena australiana es el animal del que se tiene constancia más parecido al mítico' Moby Dick' que detalló Herman Melville en su novela. 'Migaloo' es la única ballena jorobada completamente blanca de que se tiene constancia, y fue bautizada por sus primeros avistadores con un nombre que, en la lengua aborigen, quiere decir "amiga blanca".http://www.migaloowhale.org/

miércoles, junio 14, 2006

CANIBALISMO ANIMAL


Los osos polares que viven en el mar de Beaufort, en Alaska, han comenzado a practicar el canibalismo. La culpa es del calentamiento global y el deshielo, que alejan a los osos de su comida habitual, las focas, según ha demostrado un estudio realizado por investigadores de varias universidades estadounidenses y canadienses.
Entre los meses de enero y abril de 2004, los investigadores localizaron al menos tres casos de osos polares que se alimentaron de ejemplares de su propia especie, en Alaska y la zona más occidental de Canadá, incluido el primer caso conocido de la muerte, a manos de otro oso polar, de una hembra que estaba en su guarida.
El alimento principal de este tipo de osos son las focas, y habitualmente utilizan las superficies heladas para hacer sus guaridas, aparearse o dar a luz.
Según el estudio, en los últimos años los osos polares han comenzado a matarse entre ellos, sobre todo los machos para marcar su territorio y controlar el crecimiento de la población de una zona. Pero lo que era menos habitual era que los osos mataran para alimentarse, según Steven Amstrup, del centro de investigaciones geológicas y científicas de Alaska.
"Durante 24 años de investigación sobre osos polares en el sur de la región del mar de Beaufort y al norte de Alaska, y 34 años de investigación en Canadá, no habíamos detectado ningún incidente que implicara a un oso polar que matara a otro sólo para alimentarse", señaló el científico a la CNN.
El oso polar es uno de los animales del planeta que mayor peligro sufre de extinción, y son muchas las organizaciones ecologistas que han advertido que, de no aumentar su protección, podrían desaparecer antes de final del siglo.
El primer acto de canibalismo se produjo en enero de 2004. Una hembra de oso polar se acercó a una guarida donde se encontraba otra hembra, a la que mató, arrastró a unos 75 metros de la pequeña cueva y luego se comió parte del cadáver.
En abril de 2004, mientras seguían las huellas de un oso polar cerca de la isla de Herschel, en el territorio de Yukon, los científicos descubrieron el cadáver parcialmente comido de otro oso, una hembra adulta, y unos días después investigadores canadienses hallaron los restos de otro oso que había sido atacado por un ejemplar de su misma especie para alimentarse de